
La bandera intestinal del tal Ares.
Al fin se hace realidad este sueño, y pienso que como pocas excepciones, la realidad lo ha superado. Contamina la buena energía y las ganas de hacer, confieso que me siento orgulloso de ser un ubrero y que mis dibujos estén rodeados de trabajos de otros muy buenos artistas. ¡Tremendo casting! Espero que los lectores se alimenten de esta buena leche.